Son como pequeños museos expuestos a la vista de todos. Rincones colgados de las fachadas de las casas que muestran el gusto de las personas que habitan en ellas. Siempre lo he visto como algo que enseñamos a los demás de lo que somos, de como vivimos y de como nos gusta que nos vean. Como escaparates particulares hacia el exterior. Diminutos jardines que para estar así requieren de gigantes cuidados y grandes dosis de mimos.
Son esos balcones, ventanas y terrazas que gritan a voces que levantemos la vista y les dediquemos un momento en nuestras prisas diarias.
Hoy me permito el lujo de traeros dos. Uno en la misma Granada, a orillas del Darro. El otro, en plena Alpujarra. Espero que os gusten.
Fotos: SuperG
Texto: SuperG
Me encantan los balcones, y los balcones grandes, espaciosos, llenos de plantas y flores coloridas, y tiestos pintados a mano...MMmmmmMmm, q bonitos.
ResponderEliminarY con fotos así, tan sentidas y tan sabrosas, ¿cómo no emocionarse de mañana? La luz es perfecta, una luz preciosa de nubes y sol.
ResponderEliminarPodríamos hacer nuestro propio balcón en la terraza... Tiene balcón el que quiere, no sólo el que puede. :)
Preciosas fotos, precioso texto, precioso tú.